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Un marqués de Sade a lo oriental




Nobuyoshi Araki, el fotógrafo japonés tan polémico, impresionó nuevamente con su última sesión de fotografías.

Araki, con ya 72 años en sus espaldas, ya desde niño empezó con su afición a la fotografía, y ya giraban en torno a las temáticas que hasta hoy aun está llevando; la fantasía sexual, la tradición y el sometimiento de la mujer.

En 1965 realizó una película que recibió un premio. Y en 1971 se casa con Aoki Yoko, la que fue una de sus mejores modelos. Cuando su esposa falleció en 1990 parece que salto mas aun su extraño género fotográfico. En 1997 impresiono nuevamente con su publicación Death:Elegy, donde incluye fotografías sobre el funeral de su propio padre.

Algunos de los comentarios de este extraño fotógrafo; "De pequeño mi parque era el cementerio. Allí aprendí que nadie puede separar la vida de la muerte" , “Seamos guarros, quiero fotografiar la temperatura de la piel... El origen del arte visual yace en la vagina", "No recuerdo bien mi infancia. Pero recuerdo a mi madre llorando histérica. Vi sus lágrimas. Es la imagen infantil más impactante que poseo. No era el tipo de mujer que dejaba ver sus sentimientos. Ese recuerdo lo tengo grabado y he dedicado mi vida a intentar consolarlo. Cuando mi madre murió le hice una foto. Quería que la gente viera lo que es la suprema elegancia. Fue fácil, encontré el ángulo y disparé".

Nobuyoshi Araki busca lo prohibido, juega con la provocación en el espectador, ofrece imágenes poco habituales, a veces con entornos eróticos, y en otras ocasiones recurre a una estética con tintes sadomasoquistas.